Ciudad de México, 26 de agosto de 2025. — Bajo un clima de críticas, calumnias y cuestionamientos, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández, presentó este martes su último informe de labores al frente del Poder Judicial de la Federación. En su mensaje, recordó que la judicatura se mantuvo firme en la defensa de la Constitución “a pesar del asedio, de la desinformación y de la agresión”.
El evento estuvo marcado por ausencias notorias: no acudieron las ministras Lenia Batres ni Loretta Ortiz, tampoco Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena ni la mayoría del Consejo de la Judicatura Federal. En contraste, exministros como Guillermo Ortiz Mayagoitia, Eduardo Medina Mora y Margarita Luna Ramos se hicieron presentes para aplaudir a la presidenta saliente.
El cierre de la gestión de Norma Piña ocurre con la memoria aún viva de aquel gesto simbólico en Querétaro, el 5 de febrero de 2023, durante la conmemoración del 106 aniversario de la Constitución. Ese día, en el Teatro de la República, la ministra presidenta permaneció sentada en el momento protocolario en que se esperaba que se pusiera de pie mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezaba la ceremonia.
El episodio fue interpretado como una afirmación de independencia del Poder Judicial frente al Ejecutivo y generó una oleada de reacciones. El propio López Obrador reconoció más tarde que la actitud de Piña lo “llenó de orgullo”, porque marcaba una diferencia con épocas en las que los ministros eran vistos como “empleados del presidente”.
Sin embargo, ese mismo gesto se convirtió en parteaguas político. Un año después, en febrero de 2024, el presidente presentó una iniciativa de reforma constitucional al Poder Judicial, que incluyó la reducción del número de ministros de once a nueve y la elección popular de jueces, magistrados y ministros. La propuesta, impulsada desde el Ejecutivo tras años de desencuentros con la Corte, buscó reconfigurar de raíz la integración y funcionamiento del máximo tribunal.
Este martes, al rendir su informe, Norma Piña no mencionó directamente aquel episodio en Querétaro, pero sí reivindicó la función de la Corte y de los tribunales como garantes de justicia frente a cualquier embate. “No respondimos con estridencias, respondimos con sentencias; no apelamos nunca a la confrontación, apelamos a la razón, al diálogo y al derecho”, expresó.
El informe no cierra su gestión y también un periodo de tensiones entre los poderes que comenzó precisamente en Querétaro y que derivó en la más profunda reforma judicial discutida en México en las últimas décadas.