La iniciativa presentada por el gobernador Mauricio Kuri presume reconocer a los animales como “seres sintientes”, aunque en los hechos conserva intactas prácticas como la tauromaquia y las peleas de gallos. A ello se agrega que el proyecto permanece sin ser turnado a comisiones y carece de un verdadero impulso político desde la Secretaría de Gobierno, dirigida por Eric Gudiño Torres, más ocupada en confrontaciones que en construir consensos. El resultado es una propuesta que se percibe más como gesto discursivo que como una apuesta real por transformar la relación con los animales en Querétaro.

Querétaro, Qro., 28 de agosto de 2025. – La llamada Ley de Bienestar Animal para el Estado de Querétaro, presentada el 15 de julio por el gobernador Mauricio Kuri González, llegó envuelta en anuncios de compromiso con la protección animal. Sin embargo, el análisis de sus 126 artículos y del propio proceso legislativo revela una doble fragilidad: en el contenido, al blindar la crueldad en espectáculos tradicionales; y en la forma, al no mostrar señales de avance en el Congreso ni contar con seguimiento institucional.

El principal aporte de la iniciativa es discursivo: el reconocimiento de los animales como “seres sintientes” y la incorporación de las “cinco libertades” que deben garantizarse en su trato. No obstante, el artículo 37 cancela ese principio al excluir de la definición de maltrato a la tauromaquia, las peleas de gallos, la charrería y otras festividades locales. Es decir, golpear, lastimar o causar dolor a un animal será sancionable… salvo que ocurra en una plaza de toros o un palenque.

La contradicción: se proclama respeto, pero se legaliza el sufrimiento por la tradición.

El proceso también exhibe la falta de voluntad política. Más de un mes después de su presentación, la iniciativa no ha sido turnada a comisiones ni ha tenido impulso visible desde la Secretaría de Gobierno, a cargo de Eric Gudiño. La parálisis legislativa confirma las dudas sobre si realmente existe interés en que esta ley se apruebe o si se trató solo de un anuncio con fines mediáticos.

Lo más revelador es que este estancamiento ocurre a pesar de que el PAN, partido del gobernador Mauricio Kuri, preside la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Es decir, ni con con control institucional se ha logrado darle cauce a la propuesta, lo que desnuda un desdén deliberado hacia el tema y refuerza la percepción de que la iniciativa fue concebida más como recurso propagandístico que como un compromiso real de gobierno.

En lo demás, la propuesta presenta limitaciones:

  • Sanciones limitadas y fragmentadas. Multas que recaen en los municipios, sin estructura operativa para aplicarlas.
  • Prohibiciones difíciles de vigilar. Como la venta de animales por internet o el uso de collares eléctricos, sin mecanismos claros de supervisión.
  • Un padrón voluntario. Más simbólico que efectivo para combatir el abandono.

La conclusión es clara: Querétaro pudo colocarse a la vanguardia de la protección animal, pero la iniciativa quedó atrapada entre concesiones al poder económico y cultural, y la falta de voluntad política para empujarla en el Congreso. Por ahora, la llamada “Ley de Bienestar Animal” no es más que un proyecto en pausa, tan limitado en su diseño como en su destino.

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