En pleno Pueblo Mágico de Bernal, opera un cartel inmobiliario a gran escala. La empresa Edificaciones Mer-Dor, S. de R.L. de C.V. ha vendido lotes del supuesto fraccionamiento Toscana en un terreno rústico sin licencias, sin permisos municipales y sin autorización estatal, engañando a decenas de familias que hoy se encuentran en riesgo de perder su patrimonio.
La panista Guadalupe Montes y el actual presidente municipal de Ezequiel Montes, Iván Reséndiz Ramírez, emanado de Morena, han sido cómplices por omisión. Su única acción ha sido colocar lonas de clausura, mientras la venta ilegal continúa a plena luz del día. Esta pasividad institucional convierte al propio municipio en facilitador del fraude y deja en evidencia la desprotección absoluta de los ciudadanos.
La Fiscalía General del Estado también conoce del caso y existen carpetas de investigación abiertas. Sin embargo, el asunto se encuentra en el Tribunal Superior de Justicia, donde jueces han bloqueado las órdenes de aprehensión contra los responsables. Este blindaje judicial ha generado un escudo de impunidad que mantiene vivo un esquema que amenaza con convertirse en uno de los fraudes inmobiliarios más graves de Querétaro.
En internet, el fraude se viste de modernidad: a través de la página residencialtoscana.com, la empresa presume “lotes premium” desde 140 m² hasta 300 m², financiamientos a 72 meses y amenidades de lujo como casa club, spa, viñedo y hasta vistas exclusivas a la Peña de Bernal. Todo parece real, salvo por un detalle: el desarrollo no existe.
La investigación de este medio confirmó que el predio sigue registrado a nombre de Israel Cuauhtémoc Feregrino Pérez y que no existe transmisión de dominio, clave catastral individual, plan maestro ni autorización de fraccionamiento. Es un espejismo: un proyecto que solo existe en páginas web y contratos privados, pero que en la realidad es ilegal y fraudulento.
Los documentos obtenidos muestran la ruta del engaño. El 28 de marzo de 2023, Feregrino firmó un contrato con Ulises Martín Lares Silva para urbanizar y comercializar más de 129 mil m² del predio El Macho Viejo. Un día después, le otorgó un poder irrevocable, y semanas más tarde, esos derechos terminaron en manos de Edificaciones Mer-Dor, que se presentó como promotora de Toscana. Una maraña contractual diseñada para simular legalidad, pero incapaz de sustituir los permisos oficiales que nunca se tramitaron.
El Código Penal del Estado de Querétaro es claro: el artículo 246-E castiga con prisión de 2 a 8 años a quien transfiera lotes sin autorización. El caso encaja perfectamente: los lotes vendidos mediante contratos fraudulentos. El terreno no está delimitado ni reconocido como unidad de venta, lo que coloca a esta operación en el terreno de lo delictivo.
Incluso la documentación oficial del municipio confirma la irregularidad. El acta de clausura DIUMEM/201/2024 y el oficio DUE/OFI-0375/2024 detallan que el predio carece de toda licencia y debía permanecer detenido. Sin embargo, cuando los inspectores volvieron al lugar, los sellos habían desaparecido. En lugar de asegurar o incautar el terreno, la autoridad se limitó a colocar nuevas lonas, una acción que permitió que las ventas ilegales continuaran sin freno.

El fraude inmobiliario en Bernal expone una cadena de omisiones y negligencias: una empresa que simula desarrollos, autoridades municipales que actúan con tibieza, y un Poder Judicial que frena la justicia. Mientras tanto, los compradores pierden su patrimonio y el nombre de Bernal, joya turística del estado, queda manchado por el negocio del suelo irregular.
Este medio seguirá investigando y exhibiendo las responsabilidades de políticos, jueces y empresarios detrás de este esquema de corrupción inmobiliaria.